Se va...
Se apaga...
No le queda cuerda, pasó una gloriosa época en la
que no supo gritar cuándo era debido, y se perdió... y en éstos momentos
se necesita, y mucho. Tiene que encontrarse lo antes posible, lo ha
mirado todo, hasta el último rincón, ha vuelto a mirar, no puede ser, no
está!
Lástima pisar...Por dónde estás?
No vengas... No te quieren...
No importa que tú garganta cante, no sonríes...
Quiero callar al cielo, asustar a las nubes, dudan de ti. Coge tus alas, serás malo.
Que cuento cuentas? No llevas razón, pierdes tú canción, súbete el volumen para qué su voz te mire.
Vas consiguiendo, los puños que aplauden callan sueños que importaron cuándo el canto de tu
garganta superaba las nubes.
El sol de tú amanecer no brilla, tú garganta no lo despierta, el tormento acompañado de
pensamientos caóticos lo empujan a la locura, sin piedad lo encierran en la cárcel más oscura dónde los
sueños sonríen sin alas.
Vuelve, te lo suplico, mi corazón se nubla, el recuerdo de un sentimiento perdido me atormenta cada
noche al cerrar los ojos, con imágenes sin principio ni fin, imágenes alegres de una vida que por poco
que me gustara creí tener...
Devuélveme las fantasías soñadas, me daban vida...
No dudes en dejar que tu grito viaje, el corazón no puede detenerlo eternamente, sólo que después te
arrepientes de haber dudado.
Manel VII Poesta del Cielo
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